Y tanto que importa.
- En la economía
- En el sexo –que cada cual/cuala averigüe, indague en si mismo/a-.
- En la pasión.
- La pasión por leer.
- La pasión por la literatura (dejarte llevar por la vida de los otros y querer seguir sabiendo, seguir sabiendo y seguir querer creciendo con ellos.
- Con los personajes -los personajes, los únicos que pueden darnos, ofrecernos, una lectura de la vida –de la nuestra-.
- Al fin y al cabo, la literatura no es –entre otras cosas- sino evasión e interpretación (¿no hablamos de lo mismo).
- La pasión por leer.
- Prospectiva de mercado
- Dada la vida que llevamos muchos de nosotras, trayectos breves o largos, pero siempre estresantes, en transportes publicos, colectivos, y tal, habría ahí un nicho de mercado para ¡el relato breve!. La ecuación era simple:
- Viaje breve = relato breve = nos forramos, lo hemos encontrado
- (Esto se aplicó a todo lo escrito, los periódicos gratuitos no tenían texto apenas. Los libros de bolsillo estaban llenos de mediorelatos insulsos).
- Gilipolleces. Por decirlo de alguna forma.
- La realidad es más tozuda que las ideologías.
- Entre Metro y Metro, entre Metro y autobús, lo que queremos es continuidad, seguir con la historia, con la nuestra y la de esos otros que somos nosotros también.
- La gente, nosotros, quiere continuidad.
- Continuidad
- en los parques y en los tranvías,
- en el amor y más allá de la muerte.
- Queremos un relato.
- Continuidad
- El Cuentacuentos nunca muere.
- quiere historias largas,
- que nunca acaben
- que puedas retomar
- después de la batalla,
- del trabajo,
- del sexo.
- quiere personajes
- a los que acudir después de una pérdida
- o antes de salir del metro de Tribunal.
- quiere historias que seguir.
- La realidad es más tozuda que las ideologías.
Pdta.: la historia no acaba nunca, Homero sigue contándonos el cuento de un tipo que empezó a viajar por una tipa.
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